Era un catalán tan roin, tan roin, tan roin (que se gastaba menos que la vocina de un avion) que estaba soñando que se tomaba un café y se levanto pa no pagalo.
Era un catalán tan roin, tan roin, tan roin (que se gastaba menos que el llamador de un cementerio) que veia la misa por la tele y cuando pasaban el cestillo la apagaba
ROOOOOOOIIIIIINNNNNERIIIIIIAAASSSSSSS
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